UN EJEMPLO A SEGUIR

Emma Charlotte Duerre Watson nació en París en 1990, aunque a los cinco años se mudó a Inglaterra tras el divorcio de sus padres. Es principalmente conocida por haber interpretado a Hermione Granger en la saga de películas de Harry Potter. Fue elegida para este papel a la edad de nueve años.

¿Sabíais que Emma estuvo a punto de renunciar a su papel en Harry Potter? Para la quinta película, Harry Potter y la Orden del Fénix, tenía que renovar su contrato y estuvo a punto de no hacerlo y abandonar la saga porque quería ir a la escuela y tener estudios. Finalmente no lo hizo ya que los productores le dieron más flexibilidad para poder estudiar en el set y durante las giras de promoción.

Tras finalizar el rodaje de Harry Potter, Watson comenzó a estudiar literatura inglesa en la Universidad de Brown y se matriculó en la Universidad de Oxford para estudiar inglés como un complemento del curso de Brown. En 2014 se graduó con una licenciatura en literatura inglesa.

Su primer papel al margen de Harry Potter fue en la película Ballet Shoes. Años más tarde participó en Mi semana con Marilyn y The Bling Ring. Interpretó a Sam en Las ventajas de ser un marginado y a Ila en Noé. Ha protagonizado El círculo y Regresión.  En 2017 se convirtió en una princesa Disney al interpretar a Bella en el remake de La Bella y la Bestia. Su papel más reciente ha sido en la nueva película de Mujercitas en la que interpreta a Meg.

   

Emma Watson es una actriz que utiliza su fama para hablar sobre asuntos importantes. Es una activista humanitaria que ha intentado concienciar con su influencia de problemas que hay alrededor del mundo. Es embajadora de buena voluntad de ONU Mujeres y colabora como defensora de la campaña HeForShe, que fomenta la igualdad de género. También ha sido embajadora de Camfed Internacional, que busca educar a las niñas de África. Ha viajado en varias ocasiones a Bangladesh y a Zambia para conocer la educación de las niñas en estos lugares.

Su emotivo discurso en la asamblea de las Naciones Unidas de Nueva York es uno de los momentos más inolvidables de su carrera como filántropa.